
El resultado fue el esperado, nos sentimos maquetas de escenografía, maquillaje de una realidad que no toma baños, muñecos de unos pocos que juegan a hacer cultura.
Afortunadamente, zambulléndonos bajo el pavimento,donde las mentes de los más jóvenes sueñan e inventan sin límites, conocimos nuevos movimientos, diferentes pero no lejanos, a los que nos sumamos y ayudamos a seguir regando este suelo.
¿Y qué mejor para seguir construyendo que el encuentro con los hermanos de papel?
Mandamos un abrazo enorme a los amigos que vinieron a darnos la palabra justa para continuar y se llevaron bajo el brazo a nuestros tres hijos feos.
Y un agradecimiento de lo más profundo a los que siguen apostando a lo que hacemos, siguen proponiendo, siguen criticando con buena voluntad sin darle la espalda y nos hacen viajar para formar parte de nuevas experiencias.
Nuestros saludos Destino.
Carla Mendienta y Camilo Nieva
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